"...cuando vengo soy muy feliz!"
Pasadas las 20hs. del martes 29 de
noviembre de 2016, el Padre Jordi nos estaba esperando en la casa parroquial
para dar comienzo a nuestro encuentro. Nos recibió muy amablemente,
nos invitó a ponernos cómodos, a que nos sintiéramos como en casa.
En Barcelona, fue una infancia feliz.
Con problemas debido a la Guerra Civil Española, un chico no se da
cuenta, vivíamos indiferentemente. Mi papá vivía encarcelado y no
lo supe hasta que terminó la guerra. Un día apareció un mendigo en
casa y era él, iba vestido como un pordiosero porque venía de un
campo de concentración. Entonces llamó a la puerta y yo digo “mama
hay un mendigo” y era mi papá. No lo reconocí, iba como los que
andan por la calle pidiendo, sucio con piojos.
¿Qué sintió cuando lo vio?
De entrada no lo reconocí. Después no
quiso que lo tocáramos hasta que se higienizara. Lo primero que hizo
él fue reunir a la familia a rezar el rosario porque mientras estaba
preso con él había muchos religiosos y sacerdotes que estaba
presos. Tenían misas clandestinas, consagraban a escondidas y sumían
las hostias a escondidas. En la cárcel hubo mucha vida religiosa a
pesar de que estaban el régimen comunista. No había iglesias, los
curas era perseguidos como conejos. Los domingos no había iglesia ya
que estaban incendiadas, destruidas, pero un chico esto lo vive en el
aire. Después me di cuenta.
¿Cómo conoció a los Teatinos?
En Barcelona iba a la parroquia
Preciosísima Sangre y apareció un teatino, Luis Moré, me invito a
ir a su casa. Al poco tiempo decidí estar con los teatinos.
¿Cuándo sintió el llamado de
vocación para el sacerdocio?
En la parroquia había 4 sacerdotes,
uno que murió muy pronto y éramos muy amigos. Cantaba en el coro y
yo cantaba ahí, a veces nos invitaba a su casa a comer chocolate, su
hermana era muy amiga de mi hermana entonces nos frecuentábamos.
Poco a poco se fue dando sólo, sobre todo durante charlas que
teníamos entre nosotros que éramos un grupo de amigos. Aquel año
salieron 3 vocaciones, 2 para el seminario y otra para los teatinos.
Durante los años que estuvo en La
Plata, ¿qué recuerdos tiene?
Estuve 30 años, desde 1957 a 1987.
Tengo recuerdos lindos y tristes. En 30 años pasan muchas cosas,
había muy buen clima. En aquel momento al principio me costó
ubicarme, a parte no tenía ganas de venir a Argentina. Tiempo
después le agradecí a la persona que me había enviado pero al
principio la pase mal, añoraba mucho, me sentía extraño. Hubo
algunas familias que se acercaron mucho y poco a poco fui haciendo
amistades pero después, una vez que entré en el Instituto Terrero,
luego de un año estando cursando a la hora de los exámenes no nos
aceptaron ni a mí ni a ninguno de los sacerdotes, que éramos 4 o 5,
porque era el tiempo de lucha libre laica. En aquel momento hubo en
Buenos Aires un ministro de Educación, Dell Oro Maini y el ministro
de provincia Mc Kay, que empezaron a conceder que la enseñanza
privada se abriera. Así se abrió el Terrero pero como no me
aceptaron el examen, porque el ministerio no lo permitió es que se
abrió la UCALP y entre ahí. Fuimos los primeros en recibirnos en
sociología. Todo eso me trajo muchas amistades. Luego fui a la UCA,
en Capital Federal. En aquel momento tuve amistad con el que luego
sería Monseñor Bufano de San Justo, él era el secretario de la
Conferencia Episcopal. Fue además asesor nacional del movimiento AMA
(Acción Misionera Argentina). Íbamos en vacaciones algunos
estudiantes y algunos médicos, sobretodo dentistas, al interior a
misionar durante un mes. Después fui vice asesor nacional con
Bufano. Acá en La Plata fui vice-asesor arquidiocesano, querían que
fuese asesor pero para ese momento yo ya me iba. Todo esto me trajo
muchas relaciones en la universidad y me llevó a asumir la rectoría
del colegio, me trajo trabajo, actividades, amistades, sobretodo
matrimonios. Teníamos 50 matrimonios, todos los sábados tenían
reunión que duraban una hora, terminaban tarde porque cantábamos y
cenábamos. Me sentí muy bien tanto en el colegio como en la
parroquia. Teníamos a la Acción Católica, lo que hacía que
tengamos muchos jóvenes activos, muchos de ellos actualmente siguen
estando en la parroquia siendo personas que colaboran.
¿Cómo encontró a la Comunidad
parroquial ahora? ¿Muy distinta a esa parroquia de los años 50?
La he ido viendo porque he venido unas
cuantas veces y he visto como fue cambiando y evolucionando. Es otro
estilo, es otro momento, son otros movimientos, no puedo juzgar mucho
porque no he tenido mucho contacto. He visto que las misas son muy
participadas, hay gente muy colaboradora. Los padres son muy jóvenes,
en mi época el único joven era yo, el padre Antonio tenía 80 años,
los que yo tengo ahora. El padre Mariano 70 y pico y el padre Miguel
también, mientras que yo tenía 27 años, es decir, muy joven. Hacía
muy poco que me había ordenado, tan solo 4 años. Antes de venir
para acá había estado en Roma, Mallorca, Navarra pero poco tiempo
porque me mandan enseguida para acá.
¿Qué es lo que lo moviliza a
escribir?
Cuando era niño me encerraba a leer
poesía en mi casa y me emocionaba mucho cuando entendía una
metáfora, entraba al pensamiento del autor y sentía una emoción
muy fuerte. Mi deseo de escribir nació de expresar cosas que uno
quiere decir, sentimientos, pero vamos, yo tengo temas de
investigación, no ha sido escritura libre. He tenido que ir a
archivos, buscar documentación, bibliografía. Cuando entras a un
archivo y descubrís algo nuevo te da mucha alegría. Sobre todo
cuando podes publicar cosas que son originales, que nunca se han
publicado. Esto te da satisfacción.
¿Por qué decidió volver a
Argentina?
Me han invitado y me he invitado.
Además tengo muchas amistades y cuando vengo soy muy feliz. Me
encuentro bien con la gente, me resulta agradable, hay gente muy
amiga, aunque algunos ya no están forman parte de mi vida porque 30
años no se borran, y más cuando eres joven porque son los mejores
años. A veces me he definido culturalmente argentino porque la
facultad la hice aquí, si bien estudié unos años en Roma no era
tan maduro como cuando estuve acá. Pienso que he dado clases en
Argentina a argentinos de temas argentinos y no siempre eso se da. Me
siento muy argentino por más que no me nacionalicé argentino porque
en aquel momento pusieron otras exigencias e igual me aceptaron como
rector aunque no tenga nacionalidad pero sino lo hubiese hecho.