"Sacerdote de Cristo"


Nacido en Buenos Aires en 1964, el Padre Nicolás Baisi fue designado recientemente como Obispo Auxiliar de nuestra arquidiócesis, donde se unirá, el próximo 19 de Junio, al trabajo que realiza Mons. Marino. Siendo el actual rector del Seminario de San Miguel, nos donó unos minutos de su tiempo para compartir experiencias, sentimientos y deseos.


¿Cuál fue el punto de partida en su relación con Dios? ¿Cómo vivió el proceso de elección de la vocación sacerdotal?
Nací en una familia cristiana, así que siempre viví en un clima de fe, recuerdo particularmente rezar juntos en familia a la noche, también la misa dominical vivida en familia, a mis padres rezando… Cuando tenía 15 años escuché que nada llena el corazón del hombre sino solo Dios, y creo que fue el comienzo de mi segunda conversión y mi camino sacerdotal.

¿Cuáles fueron sus primeros pasos como sacerdote?
De diácono trabajé en un comedor muy pobre, aprendí mucho. Luego como sacerdote fui a la parroquia Inmaculado Corazón de María de los Polvorines, con un párroco mayor que me enseñó un montón, además trabajaba en Caritas Diocesana como vicepresidente, donde hicimos mucho con un gran grupo de gente, fue un tiempo muy lindo. Al mismo tiempo fui asesor de Aventuras, la rama juvenil (de 15 a 20 años) del Movimiento de Colores, también aprendí mucho de los chicos ahí.

¿Qué le significó trabajar con la comunidad del Santo Rosario de Grand Bourg?
Creo que fueron los años que me hicieron párroco, y me ayudaron a crecer como cura. Es uno de mis grandes amores, que dejo para ir a la Plata. Encontré un montón de gente que ama a Jesús, que vive de la fe y para la fe. Juntos trabajamos mucho, pudimos compartir esfuerzos por la evangelización, muchísimas alegrías vividas juntos, también algunas tristezas. Juntos vivimos caminos de conversión y crecimiento en la fe, vimos actuar la Gracia de Dios, fuente de alegría, fuimos testigos del milagro, fue un tiempo maravilloso que es difícil explicar a los que no lo vivieron, siempre los voy a llevar en el corazón.

¿Cómo llegó a ser el rector del seminario mayor Arcángel San Miguel de la diócesis de San Miguel? ¿Qué desafíos implicó esto en su vida?
Mons. Fenoy al poco tiempo de llegar a la diócesis me pidió que me hiciera cargo del seminario. No recuerdo por qué me eligió, creo que porque tenía estudios superiores hechos en Roma y porque le gustó lo que vio en la parroquia del Rosario, además siempre nos llevamos muy bien. Ser rector requiere mucha confianza con el obispo.
Los desafíos fueron nuevos. Ser párroco es como arar un campo y sembrar, avanzar; ser rector requiere más cuidado con cada una de las plantas, ver como va creciendo cada uno. Van a ser futuros pastores de la Iglesia para toda la vida, prepararlos para eso no es fácil. Al mismo tiempo volver a vivir en un seminario con tanta gente es un nuevo desafío de crecimiento personal, requiere corregir más defectos propios.

¿Cuál fue su primera reacción al enterarse que se uniría con Monseñor Antonio Marino como obispo auxiliar del arzobispado de La Plata? ¿Qué importancia tuvo esta noticia para usted?
Muchas cosas juntas: sensación de indignidad, tristeza de dejar tanta gente en San Miguel, expectativa, la verdad mucho no sé que pensar del futuro, vivo un poco en el presente. También se siente como una nueva consagración, nuevamente Dios nos pide todo.

¿Cuáles son sus objetivos personales para esta nueva etapa que va a iniciar el próximo 19 de junio?
Ponerme al servicio de lo que Mons. Aguer me pida, tratando de aportar algo a la vida cristiana de la Arquidiócesis de la Plata.

Algo más personal:

¿Cuál es el mejor recuerdo de su infancia? ¿Y el peor?
Tengo un montón de recuerdos lindos, no se me ocurre ninguno en especial. Fue dura la muerte de una hermanita que vivió sólo un día, ese día vi llorar a mi padre.

Si tuviese que elegir una anécdota para compartir, ya sea desde su consagración o de los años anteriores, ¿Cuál sería?
Muchísimas, la vida sacerdotal está llena de anécdotas, de cosas lindas. Me encantaría compartir con ustedes lo que vivimos en la parroquia del Rosario.

¿Cuáles cree que son los principales defectos y virtudes de la Iglesia de hoy?

Los de los cristianos, quizás vemos más los defectos ajenos que los propios.

Teniendo en cuenta los valores que el mundo actual promueve para los jóvenes, ¿Qué consejos les daría?
Que no se dejen engañar, Jesús es aquel a quien buscan, sólo ÉL tiene el amor eterno que buscamos, fuente de la verdadera alegría.

En pocas palabras:

Lo que más le llame la atención del mundo actual: la ceguera, las desigualdades

El peor sentimiento: odio y rencor, comen el alma


Su mayor logro: haber encontrado a Jesús, aunque es logro de Él


El estado actual de su ánimo: no podría decirlo, creo que nervioso


Le tiene miedo a: no ser fiel a Jesús


La libertad es: hacer el bien, que es lo que más profundamente queremos


Sonido favorito: silencio, los pájaros a la mañana, el viento en los árboles


Un libro: Servidores de vuestra alegría, Ratzinger


Una canción: Aleluya de Haendel


Persona que lo haya marcado: después de Jesús (eso espero) mis padres



El día más importante de su vida: no lo sé, la ordenación diaconal, y luego la sacerdotal


¿Qué representa San Cayetano para usted?: Un hombre que pasó haciendo el bien, viendo con sabiduría qué era lo necesario en su tiempo, preocupado por el bien de los sacerdotes. Entre nosotros, fuente de esperanza para los trabajadores


Un sueño: llegar al cielo



Si pudiera definirse en una frase, ¿Cuál sería?: Espero poder decir: sacerdote de Cristo

No hay comentarios:

Publicar un comentario